México, en transformación
Mtro. Jesús Sesma Suárez
Mirar al futuro significa aceptar que el país está en un momento esperanzador…
México ha tenido avances importantes en desarrollo social, combate al hambre y bienestar durante el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Las cifras recientes muestran que el país sigue caminando con rumbo social, apostando por programas que ponen a la gente al centro: desde becas que acompañan a los estudiantes hasta pensiones que aportan tranquilidad a millones de adultos mayores. No se trata sólo de números, sino de cambios que ya empiezan a sentirse en la vida diaria.
De acuerdo con el Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025, recién presentado por la Cepal, de toda la región, nuestro país es el que más ha avanzado en la reducción de la pobreza y la pobreza extrema en los últimos diez años. Ello, es resultado de políticas públicas que se han mantenido, de decisiones que empujan hacia arriba los salarios y de apoyos que buscan llegar justo donde más se necesitan. Según el informe, mejorar los salarios ha sido clave, lo mismo que el impulso a programas sociales como becas, pensiones, apoyos para cuidados e incentivos productivos.
Los avances en el mercado laboral que reporta la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi sostienen los resultados y hablan de un país que avanza y genera oportunidades. De acuerdo con dicha encuesta, en el tercer trimestre de 2025 nuestro país alcanzó 61.3 millones de personas económicamente activas.
Un panorama parecido, aunque con su complejidad típica de gran ciudad, se presenta en la capital del país, que concentra buena parte de la actividad económica, la movilidad laboral y la oferta de servicios. Sectores como tecnología, comercio, servicios profesionales y construcción siguen creciendo. Además, los programas locales de apoyo a jóvenes, las becas de bienestar y las pensiones adicionales han ayudado a equilibrar la balanza en favor de quienes más lo necesitan. Aquí también se ha sentido el impacto de los aumentos salariales.
Pero, como en todo, hay contrastes. Uno de los retos más persistentes es la informalidad, pues, aunque el empleo en general aumentó, no todos esos trabajos vienen con derechos o seguridad social. Según el Inegi, el trabajo informal creció 0.8% entre 2024 y 2025, lo que significa que aún miles de personas trabajan sin prestaciones, sin seguro social y sin estabilidad.
Otro desafío es la desigualdad. Vivimos en un país donde 10% de la población concentra una tercera parte del ingreso nacional, mientras que el 10% más pobre se queda con apenas el dos por ciento.
Aun con ello, es preciso reconocer que México sigue avanzando. La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfrentado estos desafíos con claridad y, aunque persisten retos en educación, salud y seguridad, también se han visto logros importantes, especialmente en este último rubro. La estrategia de seguridad encabezada por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha dado resultados importantes, como la reducción de delitos de alto impacto y una mayor coordinación institucional.
Mirar al futuro significa aceptar que México está en un momento esperanzador, aunque lleno de trabajo pendiente. Tenemos avances claros, resultados que empiezan a transformarse en bienestar real y un país que, poco a poco, va cerrando brechas. Pero los desafíos, sobre todo la pobreza y la desigualdad, nos exigen unir esfuerzos entre gobierno, empresas, organizaciones y ciudadanía. Celebrar lo logrado no significa conformarse, sino tomar impulso para lo que sigue y lo que sigue es seguir construyendo un México donde el progreso no sea privilegio, sino posibilidad real para todos.


